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Portada de la revista La Construcción Moderna

La Construcción Moderna, num 16 - Agosto 1906

La primera generación de empresas españolas

Tras el primer y fundamental impulso de las empresas extranjeras, en torno al cambio de siglo los técnicos españoles toman la iniciativa en la construcción con hormigón armado. Desde 1901, varios miembros destacados de la firma Hennebique se instalan por su cuenta, creando sus propias empresas, al tiempo que se amplía la nómina de técnicos que adoptan el nuevo material.

En los primeros años del siglo XX la aportación más importante en el desarrollo del hormigón armado corrió a cargo de las empresas constructoras con la del ingeniero José Eugenio Ribera a la cabeza.

Al no estar regulada, ni técnica ni legalmente, la construcción con hormigón armado, los interesados en el material optaron por patentar sus propios sistemas, con el fin de explotarlos comercialmente, como anteriormente hicieran Monier o Hennebique. En la mayoría de los casos se trataba de un pretexto para no tener que pagar los cánones, muchas veces abusivos, que imponían las empresas ya establecidas.

En los primeros años del siglo XX la aportación más importante en el desarrollo del hormigón armado corrió a cargo de las empresas constructoras con la del ingeniero José Eugenio Ribera a la cabeza. Otros técnicos, como el arquitecto Mauricio Jalvo o los ingenieros Gallego Ramos, Martínez Unciti y Rebollo Canales contribuyeron no menos al avance y la difusión de la nueva técnica constructiva, multiplicando y diversificando sus aplicaciones. Tanto que para 1905 parecía definitivamente consolidado.

Este crecimiento espectacular se truncó bruscamente en abril de 1905 con el terrible accidente en Madrid del Tercer Depósito del Canal de Isabel II, obra que parecía llamada a ser su culminación. Semejante desastre amenazó seriamente el desarrollo del hormigón armado en España, si bien no llegó a paralizar del todo su implantación. A ello contribuyó el éxito demostrado justo después por las importantes construcciones de hormigón del Canal de Aragón y Cataluña, la gran obra de la ingeniería hidráulica española de principios del siglo XX.

La posterior recuperación y evolución de la técnica del hormigón armado se efectuó asimismo de la mano de las empresas constructoras. La Compañía de Sestao, de fuerte implantación para entonces en el Norte de España, llegó a arrebatar el liderazgo a la de José Eugenio Ribera, autor del fracasado Tercer Depósito, quien, a pesar de los problemas sufridos, logró salir adelante.

La organización Hennebique recobró protagonismo en Guipúzcoa, con el arquitecto Miguel Salaverría. El sistema francés fue adoptado asimismo por Miró Trepat, creador de Construcciones y Pavimentos, la gran empresa catalana de construcciones de hormigón de la siguiente década.

El ingeniero Juan Manuel de Zafra construyó también en estos primeros años del siglo XX sus principales obras de hormigón armado, base de su posterior y trascendental contribución al conocimiento teórico del material en nuestro país.

 

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