1796-1844 Desarrollo de los cementos naturales e invención del cemento Portland artificial
Desde finales del siglo XVIII y hasta bien entrado el XIX numerosos técnicos y fabricantes contribuyeron al estudio de los cementos naturales en Francia y al desarrollo de una industria que pronto extendió sus aplicaciones, sobre todo en las obras públicas. En Gran Bretaña,
estos estudios condujeron a la invención del cemento artificial o cemento Portland y al nacimiento de una industria propia en el ramo.
El clínker, la base del cemento artificial moderno, fue obtenido por Isaac Charles Jonson en 1844
1796. J. Parker patenta el “cemento romano” en Gran Bretaña
En 1796 el empresario inglés James Parker registró la patente de una clase particular
de cal hidráulica, obtenida a partir de piedra
de la isla de Sheppy, a la que llamó “cemento romano”. El conglomerante que obtuvo fue muy celebrado, generalizándose su empleo en Gran Bretaña. Otros empresarios explotaron la patente y se aplicaron en la fabricación de este y otros cementos.
1818. L. J. Vicat estudia en Francia los aglomerantes naturales, estableciendo las bases científicas para la fabricación del cemento artificial
En 1812, a raíz de las obras del puente de Souillac en Dordogne, el ingeniero L.J. Vicat empezó a estudiar las cales naturales de la zona, identificando sus componentes y clasificándolas según su "hidraulicidad". A partir de ello, en 1818 enunció el principio de la fabricación del cemento hidráulico artificial, sobre el que siguió trabajando el resto de su vida, identificando los mejores yacimientos de cales y cementos de Francia. Su contribución, ampliamente difundida en Europa, fue fundamental para la moderna ciencia de los materiales, revitalizando el estudio y utilización de las cales y cementos naturales.
1824. J. Aspdin fabrica por primera vez en Gran Bretaña cemento artificial, el conocido como cemento Portland, que patenta ese año
En 1824 el empresario ladrillero de Leeds Joseph Aspdin, tras años de experimentación con mezclas de caliza y arcilla, consiguió fabricar el primer cemento artificial, que patentó ese mismo año. Lo llamó “cemento Portland”, pretendiendo asociarlo a la afamada piedra de esta península inglesa. Fue su hijo William Aspdin quien desarrolló el negocio del Portland, que empezó a comercializar.
1830-1850. Primer desarrollo en Francia de la industria del cemento natural: Gariel y Garnier, Pavin de Lafarge…
Estimulados por las investigaciones de Vicat y su exhaustiva catalogación de los yacimientos galos, en Francia proliferaron los fabricantes de cales y cementos naturales. Una de estas primeras empresas fue la que Honoré Gariel y François Garnier fundaron en 1830 en Vassy, cuyo cemento fue muy apreciado dentro y fuera del país. También en la década de los treinta Joseph Auguste Pavin de Lafarge emprendió la explotación de unas antiguas caleras familiares en la región del Ardèche. Desde de 1835 su hijo Leon impulsó el negocio suministrando cales hidráulicas para obras importantes como los puertos mediterráneos de Cannes, Toulon o Marsella.
A partir de 1846 se empezó a comercializar el cemento natural de Guetaria, extraído de una cantera cercana a San Juan de Luz, y en la región de Marsella, desde 1847 la sociedad Désire Michel & Cie comenzó la explotación comercial de un cemento natural denominado Cimento del Mediterráneo. A finales de siglo la empresa fue absorbida por Pavin de Lafarge.
1838. I.K Brunel emplea el cemento Portland en las obras del túnel bajo el Támesis
Pronto fue patente la superioridad del Portland sobre todos los cementos naturales. Una de sus primeras aplicaciones, de gran repercusión, tuvo lugar en 1838, durante las obras de un túnel bajo el Támesis, realizadas por el ingeniero Isambard K. Brunel. No obstante, el proceso de fabricación del Portland no estaba suficientemente depurado, y no se podía producir a gran escala.
1844. I.C. Johnson depura definitivamente el proceso de fabricación del cemento Portland, en Gran Bretaña
En 1844 Isaac Charles Jonson (1811-1911), técnico de una empresa rival de la de Aspdin, obtuvo por primera vez el clínker, la base del cemento artificial moderno. Del análisis de la mezcla de cal y arcilla rica en sílice que componía el Portland y el de sus diferentes grados
de cocción, concluyó que la mezcla debía calcinarse hasta alcanzar su vitrificación parcial y obtuvo el clinker. Fue un paso más en la producción a gran escala que pronto haría de la industria del cemento artificial uno de los pilares de la Revolución Industrial.